A poco de su Aniversario

LIDIA TRIANO, Los que la conocimos disfrutamos de su alegría, conocimiento y entrega hacia todo lo que le gustaba como el estudio, la dedicación para con su familia y sus hijos. Sin embargo, era una escritora profunda con los temas que la preocupaban pero cauta para dar a conocer su obra.
   Este blog pretende recordarla y admirarla a través de sus poesías profundas y reflexivas guardadas en una vieja carpeta de apuntes. Algunas composiciones poseen la fecha de creadas, no así la mayoría y todas son escritas a pluma levantada, con pocas correcciones. Así como fluían, ella producía. Los títulos de los poemas ( por no tenerlos ) son atribuidos a la creadora del blog, a Mercedes Triano.

EL ARTE

la permanencia de las constelaciones
inutilizan en lapsos desiguales
la tortura y el dolor de lo que fueron
antes, mucho antes de que el hombre
creciera hasta saber de la armonía
es su grito sufriente cuando abraza
el grito de otro hombre que lo llama.

Hoy abrazó tu grito al grito mío
y supe del horror que te transita
y vi en el brillo opaco de tus ojos
lo que no podrías ser si no eres otro:
la lucidez extrema que enloquece,
la comprensión de lo que nadie entiende,
la confusión de lo que el orden significa,
la constelada cumbre de ser digno
y en el grito fecundo de tu arte
- espejo chiquitito- se refleja
esa armonía cósmica celeste
que mece el hombre henchido de Universo.

                                          LIDIA


TODO

Inocente caballo de Troya
que arrojaste de tu vientre
y en mi casa
las espinosas dudas
que me acucian.
Advertiste a la una y a la otra,
y desató tu diligencia guerrera
de la que vuelven muertos,
y escudos en el polvo sangriento.
Afectos, esperanzas, sueños, TODO

Y un espectro gigante y transparente
venció la carne y empañó los ojos.

                                          LIDIA  (1972)




Con una eternidad en los bolsillos
y sin poder decir lo que te quiero
del modo que es preciso,
deshago el indeciso,
presente, infierno fiero,
en la llaga insensible de mi anhelo.

llevo lleno de niebla mi costado
y un reloj y una torre, y un latido
candente que aún empeña
la vida que desdeña
el breve buen sentido
va oculto en mi agónico vestido

                             LIDIA